Cristian Barrios y su pareja Javiera Lepes llevan más de un año trabajando en «Aroha», un bar de jugos y batidos que comenzó a raíz de un complejo problema de salud que afectó a Cristian mientras estaban en Nueva Zelanda, y que en el proceso de recuperación -frente a un diagnóstico médico adverso- nació este emprendimiento ubicado en calle Augusto D´Halmar 972, Antofagasta.
“Nuestros jugos poseen la proporción de vegetales y frutas que necesita una persona en el día. Entonces, más que nada, el jugo es un suplemento”, Cristian Barrios, dueño de «aroha»
«Estábamos viviendo en Nueva Zelanda con mi pareja gracias a una postulación que hicimos, y tuve un ataque de alergia que ha sido uno de los más fuertes en mi vida. En general, en las primaveras solía tomar pastillas y usar mucho papel higiénico. Los doctores que consulté me dijeron que la única solución era tomar una pastilla de por vida porque mi alergia no se podía solucionar», cuenta Cristian Barrios.
Sin embargo, él no quería resignarse a este futuro y optó por realizar una dieta en base a frutas, verduras, granos, legumbres, nueces y semillas de alto contenido de fibra llamada “High Fiber Diet”. En tres meses, no solo se fueron las alergias sino también bajó 18 kilos.
El inicio de una idea
Al poco tiempo Cristian se dio cuenta que se concentraba mucho más al leer gracias al jugo verde que empezó a tomar como parte de la dieta y que contenía brócoli, espinacas, lechugas y más. «Me despertaba en la mañana, tomaba un vaso de agua y después bebía medio litro de jugo verde por la mañana. Efectivamente, me cambió la vida y la salud. Me sané de algo que los médicos me dijeron que no iba a pasar (…) Después de esta experiencia, dije: “esto hay que llevarlo a Chile, a Antofagasta”», y ahí nació «Aroha».
«Siempre tuve ganas de emprender pero en algo que generara un impacto en la comunidad. Siento que el concepto de “comunidad” se ha perdido en la sociedad y hay que devolverlo, por sobre todo en Antofagasta. En Nueva Zelanda, ir a tomar un café era como una conversa “necesaria y obligada” porque eran súper cercanos y respetuosos y todo esto repercutió en hacer algo similar que no existía en Antofagasta», agrega.
- En este sentido, Nueva Zelanda les dejó una experiencia muy positiva.
Alrededor de 1.500 chilenos se van a Nueva Zelanda todos los años. Y personalmente, no vivimos ningún tipo de discriminación racial o de incomodidad. Estuvimos allá un poco más de un año. Queríamos quedarnos a vivir y de hecho en algún momento, me gustaría volver. Allá recibimos mucho amor, mucho respeto y fue tan linda la experiencia, que cuando teníamos más menos claro que queríamos un local saludable, decidimos llamarlo “Aroha” porque en lengua maorí (lengua nativa de Nueva Zelanda) significa amor y en base a esto queríamos generar nuestro concepto de cambio.
- ¿Qué productos ofrecen en Aroha?
Tenemos jugos prensados en frío, y la idea es que las personas obtengan la mayor cantidad de nutrientes de una sola vez. Nosotros fabricamos los jugos con fruta, vegetales y con súper alimentos como la cúrcuma o el jengibre y en cierta forma, generamos el alivio y aporte real que los alimentos te pueden entregar.
Evitamos las cantidades dulces de los jugos para ponerle un poco más de vegetales y hacerlo un aporte mucho más nutritivo. Nuestros jugos poseen la proporción, de vegetales y frutas que necesita una persona en el día. Entonces, más que nada el jugo es un suplemento. No es que debas dejar de comer vegetales porque también se necesita la fibra, pero es un suplemento. Cada jugo tiene alrededor de un o un kilo y medio de frutas y verduras. Se hace muy difícil comer esa cantidad de alimentos, pero si beberlo a través de un jugo.
Además, tenemos smoothies 100% naturales, dulces de chocolates y tartas sin azúcar ni harina. Los endulzados con dátiles o con agave, y son preparados con frutos secos. Tenemos café y también, café de especialidad que nosotros le compramos directamente al tostador y él, al agricultor.
- ¿Cómo fue el proceso de prototipar tus productos?
En base a la experiencia que tenía en los jugos que preparaba para mí. Además tenía unas recetas y aproveché de irlos probando y equilibrando sus sabores. Al final te das cuenta que tienes que darle no más. Después entendía cuánto jugo me daba una manzana y cómo podía mezclarlo con una espinaca por ejemplo en proporciones. También, viendo lo que le gusta al público.
Somos los únicos en Antofagasta con la máquina para poder hacer el proceso a plenitud de extracción de jugo. Somos un local libre de gluten de forma natural. Nuestros productos son un alimento vegano, vegetariano, 100% natural. Todas las cosas las preparamos aquí mismo en el local, las leches, los dulces, todo es fresco.
A propósito, hay un documental que se llama “Fat sick and nearly dead” que se trata de un tipo que empieza a tomar jugo todo el mes. Adelgaza, cambia su estado de salud increíblemente.
- Hace unos meses cumplieron un año funcionando ¿Cómo ha sido la experiencia y qué piensas a futuro?
Estuvo buenísimo, full aprendizaje. No me gustan las cosas tan fáciles y hubo que ponerse varios desafíos. El boom del lanzamiento y después los cambios en el flujo de público, en realidad van surgiendo distintas cosas pero el ejercicio de ir trabajando en el día a día para mí, ha sido súper enriquecedor. Siento que hay un proceso en deuda de educar a las personas acerca de la alimentación. A futuro, me gustaría tener más locales y que algún día podamos llegar a Santiago y digan: “esta empresa es de Antofagasta” Yo sé que vamos a llegar. Nosotros estamos por el lado ecológico y casi todas nuestras cosas se pueden degradar. Hay que dar la pauta, ser diferentes y aportar constantemente.