Por equipo de prensa CoWeb
La Región de Antofagasta se ha destacado como un importante centro de actividad minera y energética en el país. Sin embargo, a pesar de su significativa contribución a la economía nacional, la región enfrenta desafíos considerables en términos de desempleo y estado del empleo.
Según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Chile, la tasa de desempleo en la Región de Antofagasta ha experimentado variaciones significativas en los últimos años.
El desempleo en la Región de Antofagasta ha sido motivo de preocupación en los últimos meses. Según datos del INE, la tasa de desocupación alcanzó el 9,5%, lo que representa un aumento de 1,7 puntos porcentuales en comparación con el año anterior. Este incremento se debe a un aumento en la fuerza de trabajo (5,2%), que superó el crecimiento en el número de personas ocupadas (3,3%).
La Seremi de Trabajo y Previsión Social, Camila Cortés Ruiz, refuerza esta información, comentando que “durante los últimos meses nuestra región ha experimentado un alza constante de la fuerza de trabajo, lo cual da cuenta que más personas están en búsqueda de un empleo, situación que en el último trimestre móvil febrero-abril se refleja con un crecimiento de un 5,2%, lo que significa que ha aumentado la fuerza laboral en más de 18 mil personas, incluso por sobre la media nacional”.
“Esta situación también incide en que la tasa de desocupación regional se eleve, esperamos que se mantenga la creación de empleos, como se observa en este trimestre donde supera los 10 mil nuevos puestos de trabajo”, agregó.
En términos de género, la tasa de desempleo de las mujeres se situó en 10,3%, mientras que la de los hombres fue del 8,9%. Las personas ocupadas aumentaron un 3,3% en el último año, con un total de 10.816 personas adicionales.
Las categorías ocupacionales que más contribuyeron al crecimiento de las personas ocupadas fueron los asalariados formales (5,1%) y los asalariados informales (28,9%). En términos de sectores económicos, el aumento en las personas ocupadas fue impulsado por la enseñanza (53,7%), la administración pública (30,6%) y la minería (2,3%).
Respecto a la tasa de ocupación informal se situó en el 20,4%, con una disminución de 1,8 puntos porcentuales en comparación con el año anterior. Las personas ocupadas informales disminuyeron un 5,4% en el último año, especialmente los hombres (-8,3%) y las mujeres (-2,6%).
¿Qué pasa con la edad?
En términos de grupos de edad, el segmento de 15 a 34 años presentó el mayor incremento en el empleo, con un aumento del 4,8%. En el caso de los hombres ocupados, el grupo de 55 años y más tuvo la mayor incidencia positiva, con un crecimiento del 11,5%. Mientras tanto, en el caso de las mujeres ocupadas, el grupo de 15 a 34 años presentó la mayor incidencia positiva, con una variación del 7,0% en el último año, seguido por el grupo de 35 a 54 años, con un aumento del 4,2%.
Sin embargo, una situación que se repite en el país es la de mujeres profesionales sobre 50 años y desempleadas, como el caso de Claudia, de 57 años, que comenta que: “hay una falta de oportunidades para la gente mayor, quizás porque se asocian con las enfermedades, cosa que no es tan así, porque incluso hay enfermedades graves que se han estado detectando en gente joven, pero como que está en el inconsciente colectivo. Y no se ve la parte positiva, que, por ejemplo, es que uno es más comprometida, porque justamente cuida más el trabajo y tiende a ser más responsable que muchos jóvenes. También creo que hay cierto desprecio a la gente mayor, pues hay veces se considera como que no están actualizados en sus propias áreas, lo que encuentro que no es necesariamente cierto”.
Es crucial implementar políticas y estrategias específicas para abordar esta problemática de manera efectiva, garantizando igualdad de oportunidades para todos los grupos de edad y género, prestando especial atención al apoyo y la inclusión de todas las personas con un enfoque integral y colaborativo, como el Experiencia Mayor, de Sence, un subsidio a la contratación y capacitación de personas mayores desempleadas, de 55 años y más, a través de la bonificación del 60% del ingreso mínimo mensual.