Por equipo de prensa CoWeb
El pasado sábado 2 de septiembre cambiamos el horario al de verano, adelantando una hora nuestros relojes, lo que nos puede impactar más de lo que parece. Hoy te contaremos cómo nos afecta el cambio de horario y cómo podemos lidiar mejor con él.
El cambio de horario, también conocido como horario de verano en algunos lugares, puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana de las personas. Cuando los relojes se adelantan una hora en primavera y se retroceden en otoño, se altera el ciclo natural del sueño y la exposición a la luz solar. Esto puede provocar una serie de efectos en la salud y el bienestar de las personas, como:
Trastornos del sueño: El desfase horario puede desencadenar problemas para conciliar el sueño y provocar insomnio.
Fatiga: Las personas pueden sentirse más cansadas y somnolientas durante el día debido a la falta de sueño.
Cambios en el estado de ánimo: Algunas personas pueden experimentar cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad y ansiedad.
Problemas de concentración y rendimiento: La alteración del reloj biológico puede afectar negativamente la concentración y el rendimiento en el trabajo o el colegio.
¿Cómo combatir el cambio de horario?
Luis Piquimil, psicólogo de Dos Barbas, comenta sobre los efectos psicológicos que tiene el cambio de horario, argumentando que lo que explica el cambio o el efecto psicológico no es el cambio de hora como tal, sino que tiene que ver con el cambio a los tiempos de exposición a la luz.
«Quizás todos se fijaron que hoy día estaba más oscuro en la mañana, entonces nos da la sensación de que nos estamos levantando un poco antes de lo normal. Entonces eso nos puede generar esta sensación de cansancio y de somnolencia, y este cansancio también se puede asociar con irritabilidad, falta de concentración, alteraciones también en la motivación y en el estado de ánimo».
Además, agrega que «cada vez hay más pruebas que la serotonina, que es el neurotransmisor que se encarga de la felicidad, está relacionado con el sistema, está influenciado por la luz. Entonces, al tener menos exposición a la luz en las mañanas, cuesta que haya mayor secreción de serotonina, que entonces al haber menos serotonina aumenta la ansiedad y eso nos genera también un estado de ánimo más irritable».
A pesar de los desafíos que presenta el cambio de horario, existen estrategias para combatir sus efectos negativos y adaptarse de manera más efectiva:
El ejercicio físico suave, durante el día o antes de acostarse, salir a caminar, un trote suave, andar en bicicleta, puede generar una pequeña cuota de cansancio que permita dormir mejor.
Mantener hábitos de sueño todo el año, con eso nos referimos básicamente a acostarse y levantarse a la misma hora, dormir todos los días la misma cantidad de horas, dedicar el mismo tiempo de sueño, cuidar también las actividades que uno realiza antes de dormir para tener un buen sueño.
Hay algunos estudios que afirman que exponerse a la luz del sol también va a generar esto de sincronizar los ritmos que están desestabilizados, entonces en la mañana, por ejemplo, tomar un baño de sol.
Modificar el horario de las comidas, adaptarse a este nuevo horario, y en el fondo cambiar también nuestros horarios alimenticios, si antes comíamos a las 2, ahora vamos a comer a las 3. Y también evitar la ingesta de cafeína, de alcohol, de cualquier otro estimulante del sistema nervioso central que va a hacer que nuestro descanso sea menos reparador.
Finalmente, se recomienda la ingesta de melatonina, por ejemplo, que es la hormona que ayuda a regular los ciclos de sueño y la vigilia en las personas.
