Por equipo de prensa CoWeb
Con la llegada de la primavera, y pronto el verano, también vuelven las salidas y el compartir con amigos. En los últimos años se ha observado un notorio incremento en la popularidad de la combinación de destilados con bebidas energéticas.
¿Por qué son tan populares las bebidas energéticas?
El principal atractivo de las bebidas energéticas es su capacidad para proporcionar un aumento rápido de energía y alerta. Esto se debe principalmente a la cafeína, que estimula el sistema nervioso central, lo que puede ayudar a combatir la fatiga y mejorar el estado de alerta.
Además, contienen ingredientes como la taurina, la glucuronolactona y la L-carnitina, que se cree que mejoran el rendimiento físico y mental. Algunas personas las consumen antes de realizar ejercicio o para mantenerse despiertas durante largas jornadas de estudio o trabajo.
Otra causa que aumenta su consumo es que vienen en una amplia variedad de sabores y opciones, lo que las hace atractivas para aquellos que buscan algo diferente de las bebidas tradicionales.
Consecuencias para la salud
Pero no todo es tan ideal, por eso hoy te contaremos las posibles consecuencias que gravitan en torno al consumo de bebidas energéticas, particularmente cuando son concomitantes con la ingestión de bebidas alcohólicas.
El contenido elevado de cafeína puede producir efectos como insomnio, nerviosismo, palpitaciones y temblores. Además, la cafeína puede ser adictiva, lo que lleva a un consumo excesivo y a la necesidad de consumir cada vez más para sentir los mismos efectos.
Otro factor negativo es que estas bebidas contienen grandes cantidades de azúcar, lo que puede contribuir a problemas de salud como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas. Además, estas calorías vacías no proporcionan nutrientes esenciales, lo que las convierte en una elección poco saludable.
El consumo de bebidas energéticas junto con ciertos medicamentos o alcohol también puede ser peligroso, al aumentar los riesgos de efectos secundarios y complicaciones.
El estudio «Energy Drinks and Their Adverse Health Effects: A Systematic Review and Meta-analysis« publicado en el National Institutes of Health, llevado a cabo para evaluar los efectos adversos del consumo de bebidas energéticas reveló resultados preocupantes.
El metanálisis del estudio mostró que las bebidas energéticas aumentaron significativamente las probabilidades de experimentar insomnio y nerviosismo/actividad en comparación con el grupo de control. Además, se observaron mayores probabilidades de dolores de cabeza, taquicardia/palpitaciones, dolor muscular, ansiedad/nerviosismo y dolor abdominal en el grupo que consumió bebidas energéticas en comparación con el grupo de control.
Este estudio respalda varias recomendaciones importantes: en primer lugar, las personas deben evitar el consumo frecuente de bebidas energéticas, especialmente a un ritmo de 5 a 7 bebidas energéticas por semana.
En segundo lugar, se aconseja evitar la combinación de bebidas energéticas con alcohol. Por último, se destaca la necesidad de imponer estándares regulatorios más estrictos en la venta de bebidas energéticas, particularmente en relación con la población más joven.
Además, advierte sobre las consecuencias potenciales del consumo de bebidas energéticas, y destaca la necesidad de una mayor conciencia pública y regulación para garantizar la seguridad y la salud de quienes las consumen.