Por equipo de prensa CoWeb
Los océanos, refugios de biodiversidad y los recursos, están sufriendo un gran cambio. A medida que las temperaturas de los océanos continúan aumentando, nos encontramos en el umbral de convertir estos inmensos mares en entornos acuáticos similares a desiertos.
El incremento en la temperatura de la superficie de los océanos es innegable. Según Copernicus, en julio la temperatura de la superficie marina alcanzó un récord de 20,96 grados Celsius. Este registro superó el máximo anterior de 20,95 grados, registrado en marzo de 2016, año en el que el planeta experimentó uno de los episodios de El Niño más poderosos jamás registrados.
Leonardo Vera, académico de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional Andrés Bello, señaló a El Mostrador: “En un sistema complejo como los océanos, un aumento de la temperatura es catastrófico”.
¿Cuál es el motor detrás de este aumento constante en las temperaturas oceánicas?
Aunque el panorama científico es complejo y en evolución, las emisiones de gases de efecto invernadero están calentando las aguas, un fenómeno que tiene consecuencias profundas para la vida marina y, por ende, para toda la biósfera.
La migración de especies y las extinciones ya son una realidad. Especies invasoras se están adentrando en ecosistemas vulnerables, afectando la pesca y la acuicultura.
En un mundo donde más de 58,5 millones de personas dependen directamente de la pesca, los desiertos acuáticos que se avecinan son una amenaza económica inminente. Aunque la acuicultura y la cría de peces han crecido, estas soluciones no pueden compensar la devastación completa de los ecosistemas marinos.
«Hay efectos ambientales negativos conocidos, como el blanqueamiento y posible muerte de los corales, la acidificación del agua de mar al absorber mayores cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera, el aumento del nivel del agua de mar por la expansión de la misma, y la alteración de los patrones climáticos a nivel global y local”, agrega Leonardo Vera al medio.
Cambio climático
Respecto al cambio climático, los océanos son en realidad una solución crucial para esto. Almacenan gran parte del carbono que está contribuyendo al cambio climático y ofrecen beneficios importantes para enfrentar eventos climáticos extremos.
Además, los humedales son esenciales para la salud de los océanos y la estabilidad climática. Estos ecosistemas incluyen diversos entornos acuáticos continentales y marismas salinas, y juegan un papel vital al reducir la contaminación terrestre que llega a los océanos.
Sin embargo, muchos de estos ecosistemas están amenazados en la actualidad, lo que disminuye su capacidad de mitigación y adaptación, así como su función de proveer servicios a las personas.
Los océanos cubren más del 70% de la Tierra y han absorbido aproximadamente un tercio del dióxido de carbono liberado en la atmósfera y el 90% del calentamiento global causado por gases de efecto invernadero.
No obstante, este proceso tiene consecuencias negativas, ya que el aumento de las temperaturas y la acidificación están afectando la vida marina, perturbando las corrientes oceánicas y alterando las cadenas alimentarias de las que dependen humanos, plantas y animales.
Existen organismos que son parte de la lucha del cuidado y rescate de los océanos que ya están en estado crítico. Una de ellas es el Programa de Medio Ambiente de la ONU PNUMA.
Ellie Goulding, cantautora y Embajadora de Buena Voluntad del PNUMA, dijo: “Lllamo a los gobiernos para que actúen ahora y apoyen al Fondo Mundial para los Arrecifes de Coral a fin de salvar todo un ecosistema”, refiriéndose a una iniciativa internacional para preservar los corales.
Por otra parte, Leticia Carvalho, Jefa de la Subdivisión Marina y de Agua Dulce, de PNUMA). “En este momento, muchos ambientes marinos, incluidos los ecosistemas costeros, están amenazados, lo que reduce su potencial de mitigación y adaptación, así como su capacidad para funcionar y proporcionar servicios ecosistémicos a los seres humanos. No tenemos más remedio que ampliar drásticamente las acciones y la financiación para protegerlos».
El Servicio Marino Copernicus también es un actor clave, en este caso por la lucha contra las olas de calor marina. Su labor en la monitorización de estos eventos, especialmente en áreas marinas protegidas, proporciona datos esenciales para comprender y enfrentar los efectos adversos.
Con un enfoque en la temperatura de la superficie del mar y la absorción de calor oceánico, el servicio ha brindado información crucial para la toma de decisiones informadas. Además, su papel en la promoción del desarrollo sostenible y la protección de los ecosistemas marinos destaca la importancia de abordar esta problemática de manera coordinada y global.
Los océanos enfrentan un futuro incierto, el aumento de las temperaturas marinas no es un problema aislado, sino un síntoma de una crisis ambiental más amplia. Más allá de los debates científicos y las complejas interacciones climáticas, la realidad es que los océanos están cambiando y su transformación tendrá repercusiones significativas para la vida en el planeta.