Diversos países han integrado en sus políticas públicas iniciativas por el cambio climático y Chile no está fuera de ello. Entre estas iniciativas cabe destacar que nuestro país será sede de la COP25 a fines de este 2019, la ley #Chaobolsasplasticas, Ley REP, el proyecto Ley Marco de Cambio Climático y el anuncio sobre la búsqueda de compromisos hacia la Carbono Neutralidad para 2050.
Entre estas iniciativas también surge el compromiso ciudadano de reciclar. Y un particular emprendimiento, puso la mirada sobre los residuos electrónicos. Se trata de Waste.
El ingeniero en computación e Informática, Juan Pablo Lobos (32 años), tuvo una experiencia en Hong Kong que lo inspiró en la creación de un proyecto de reciclaje de basura de objetos electrónicos. Visitó un laboratorio de innovación tecnológica para niños que fomentaba el uso responsable de la tecnología, entregando un segundo uso a los equipos y no ser directamente desechados.
“Esta experiencia confirmó nuestra idea de aportar a la educación tecnológica, eliminar la brecha digital y entregar herramientas de desarrollo laboral entorno a la tecnología desde un tratamiento responsable medioambientalmente de equipos eléctricos y electrónicos”, señaló Juan Pablo Lobos, creador de Waste.
Fue así como buscó una forma de re acondicionar equipos que han sido descartados de procesos productivos, y descubrió que con eso además podía aportar al entorno cercano; generando empleo en el proceso de retiro y re acondicionamiento de los equipos.
Según un informe regional de la ONU sobre Gestión de Residuos (2018), “Chile es el mayor productor de basura electrónica por persona en América Latina”, superando a países como Brasil y México. Según el reporte -en el caso de Chile- más de once kilos de basura electrónica por habitante se produjo solo en 2018, y esto responde al nivel de desarrollo alcanzado por el país, a un alto poder adquisitivo y menor costo de los dispositivos. A partir de ahí, los artículos electrónicos se convirtieron en uno de los elementos prioritarios de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP).
Para hacer frente a este escenario, en Chile sólo existen plantas de tratamiento de
residuos electrónico en Santiago y Valparaíso, y el impacto del traslado tiene un alto costo económico y medioambiental. Waste, ha concentrado sus esfuerzos, en validar la necesidad de un tratamiento responsable de residuos electrónicos en la Zona Norte del País y preparar un lugar de acopio, tratamiento y clasificación de residuos electrónicos.
Esto se está llevando a cabo en el barrio industrial La Negra en Antofagasta, cuyo objetivo es cumplir con todas las normativas sanitarias y ambientales relacionadas a este tipo de residuos.
El modelo de triple impacto de Waste busca fomentar el tratamiento responsable de los residuos electrónicos, tanto en empresas locales a través de alianzas colaborativas, como en la comunidad, a través puntos limpios que estarán habilitados próximamente en distintos sectores de las ciudades de Iquique y Antofagasta.
“Nuestro modelo de triple impacto (medioambiental, social y económico) trata y valoriza los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos de forma local, aportando junto a ello a la creación de empleos y alianzas con los recicladores de base de la región”, señala Juan Pablo Lobos, creador de Waste.
Junto a los avances realizados en Antofagasta, el proyecto ejecuta las primeras labores y alianzas estratégicas en la Región de Tarapacá, enfocado específicamente en el tratamiento de los residuos generados por las empresas de la Zona Franca de Iquique y la investigación en Minería Urbana, bajo un convenio marco con la Universidad Arturo Prat de Iquique.
Actualmente Waste se encuentra en etapa de Excubación, en la cual recibe acompañamiento de profesionales de Fundación Minera Escondida, Socialab y expertos en innovación y empredimiento, quienes brindan orientación y apoyo para instalar los emprendimientos en la comunidad. En la práctica, esto significa adaptarse al entorno para generar impacto a través de pilotos controlados.
AntofaEmprende, es presentado por Fundación Minera Escondida, CREO Antofagasta, la Municipalidad de Antofagasta y el Gobierno Regional; ejecutado por Socialab y cuenta con el apoyo de Aguas Antofagasta.