Por equipo de prensa CoWeb
Con una producción total de 1.103 millones de litros de vino en Chile durante 2023, según el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), y un consumo per cápita de 57 litros de cerveza, el país muestra una creciente demanda por bebidas alcohólicas de calidad. Tradicionalmente, los valles del centro y sur de Chile han sido los principales actores en la producción de vino y cerveza. Sin embargo, en la región de Antofagasta, la zona más árida del país, ha comenzado a posicionarse como un inesperado centro de producción de vino y cerveza artesanal.
A pesar de las difíciles condiciones del desierto —que incluyen suelos volcánicos, intensa radiación solar y escasez hídrica—, algunos emprendedores han decidido desafiar los pronósticos y aprovechar estos desafíos como oportunidades para crear productos únicos.
Vino Ayllu
Los vinos Ayllu ha roto el molde al cultivar uvas en el desierto de Atacama, uno de los lugares más áridos del mundo. “En 2010 nos embarcamos en una vitivinicultura extrema, posicionándonos como el vino producido a mayor altitud en Chile, en el desierto más árido del mundo, en colaboración con la comunidad lickanatay, que son nuestros productores”, comenta Fabián Muñoz, enólogo de la viña.
Sus viñedos se encuentran en suelos antiguos, ricos en minerales y con abundante roca volcánica. “Es un vino hecho en condiciones extremas, donde los sabores del desierto resaltan en la copa”, añade Fabián. El clima del desierto, caracterizado por días soleados y noches frías, permite una maduración lenta y controlada de las uvas, lo que influye no solo en la calidad del vino, sino también en su sabor.
Con miras al futuro, Ayllu busca expandirse a mercados internacionales y posicionar sus vinos como un producto premium. “La proyección de la viña hoy está en posicionar la marca tanto a nivel nacional como internacional. Nuestra idea es llevar el desierto a la mesa en una copa”, concluye Fabián.
Cerveza Artesanal Oasis
Además del vino, la producción de cerveza artesanal ha encontrado un hogar en Antofagasta, impulsada por Cerveza Artesanal Oasis, una iniciativa creada por dos hermanos que comenzaron experimentando con kits de cerveza casera. “Después de la primera cocción, le dije a mi hermano: ¿sabés qué? Mira, no se ve mal negocio, estos son los números. Se sumó al proyecto y ahora ya estamos produciendo mucho más que 20 litros”, explica Matsuo Sato, cofundador.
Actualmente, Oasis ofrece una amplia variedad de cervezas, cada una nombrada en honor a lugares icónicos de la región. “Por nombre, nuestros botellines y cervezas tienen spots o lugares de Antofagasta. Por ejemplo, una de nuestras cervezas emblemáticas que hoy en día más consumen es Carrizo, nombrada así por la quebrada Carrizo”, añade Takeshi Sato, cofundador.
El éxito de Oasis no solo se basa en la calidad de sus cervezas, sino también en su compromiso con la sostenibilidad. «Uno de nuestros pilares fundamentales es la sustentabilidad. Queremos hacer que, ojalá, este proceso sea lo más sustentable posible, ser vanguardistas en este tema, porque tenemos mucho potencial energético acá en Antofagasta”, comenta Takeshi.
Además de su producción, los hermanos de Oasis han abierto su propio bar en Antofagasta, donde los clientes pueden disfrutar de todas sus variedades de cerveza. Este espacio ha fortalecido su presencia en la región y les ha permitido conectar aún más con su comunidad local.
Estos emprendedores han demostrado que, incluso en las condiciones extremas del desierto, es posible producir vino y cerveza de alta calidad, transformando su entorno en una fuente de inspiración. Más allá de simples bebidas, han creado productos con una fuerte identidad nortina, llevando los sabores del desierto a cada sorbo y forjando una industria emergente en Antofagasta.
