Por José Miguel Benavente
Vicepresidente Ejecutivo Corporación de Fomento de la Producción (Corfo)
Las regiones son motores claves de nuestra economía y espacios en los que se forja, día a día, nuestro desarrollo. En su diversidad de paisajes y geografía se concentran el 58% de la población del país, la mayor parte de nuestros principales recursos naturales y una proporción muy importante de nuestra actividad productiva, lo que se traduce en que el 54,4% del Producto Interno Bruto nacional se genere en territorios distintos de la Región Metropolitana.
No obstante las cifras, los beneficios del crecimiento económico no siempre se expresan de manera justa a nivel territorial, debido a un arraigado centralismo que entendemos como un problema para el desarrollo de Chile. Por ello la actual administración se ha comprometido a “impulsar una descentralización cuyo horizonte sea la redistribución de poder y un desarrollo territorial equitativo”, que tenga en cuenta las particularidades de las regiones y que reconozca en ellas un papel vital en el establecimiento de sus prioridades productivas.
El país vive hoy un momento único que nos permite avanzar en esta línea.
Desde la Corfo, que en estos días celebra sus 83 años, tenemos una importante tarea que cumplir en este sentido y nuestra idea no es simplemente disponer un conjunto de nuestros instrumentos más relevantes al servicio de las regiones, sino que sean estas las que definan cómo y en qué utilizarlos, en función de sus desafíos y de sus propias estrategias de desarrollo.
Queremos aportar al futuro de las regiones tal como hemos estado al servicio de Chile desde 1939, aprovechando lo mejor de esa Corfo que fundara el Presidente Pedro Aguirre Cerda, pero de cara a los desafíos y con las herramientas del siglo XXI. Buscamos, como ha planteado el Presidente Boric, ir dejando atrás un modelo de desarrollo basado en la explotación y venta de recursos naturales para avanzar hacia uno donde nuestro quehacer productivo sea cada vez más intensivo en conocimiento, en tecnología y en la creatividad de los chilenos y chilenas.
Para ello, los esfuerzos de la Corfo se van a desplegar desde diversos frentes, teniendo como ejes transversales la sustentabilidad, la equidad de género y el desarrollo regional.
En primer lugar, seguiremos impulsando la recuperación económica, a través del Plan Chile Apoya y otras iniciativas, poniendo a disposición de las micro, pequeñas y medianas empresas diversos instrumentos de la Corfo para ayudarlas a enfrentar sus problemas más urgentes (vía créditos y garantías) y para generar capacidades o competencias más permanentes que les permitan seguir creciendo y mejorando su productividad (vía subsidios para inversión, incorporación de tecnologías o capacitación, entre otros aspectos).
Mantendremos también un fuerte impulso al emprendimiento, la innovación y el fomento productivo, pero con una mirada esencialmente regional, entendiendo las heterogeneidades entre los distintos territorios. El objetivo es que las decisiones de dónde invertir y qué proyectos desarrollar las tomen las propias regiones, mientras desde el nivel central hagamos más bien el back office respecto de la evaluación y el seguimiento de proyectos. Todo el despliegue se debe hacer desde la región.
La tercera dimensión, que es más novedosa respecto de lo que ha venido haciendo la Corfo en los últimos años, es lo que, siguiendo los lineamientos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se conoce como nueva política industrial. Este eje de trabajo incluye desde mesas de coordinación público-privada para la solución de problemas que afectan el desempeño de diversos sectores productivos, hasta la creación de una nueva Banca Nacional de Desarrollo que permita financiar grandes proyectos de inversión que los bancos tradicionales no atienden. Para ello vamos a impulsar iniciativas que se derivan de la idea de ‘misiones’ que va a trabajar el gobierno en función de preocupaciones relevantes de la sociedad, entre las que se pueden contar: la búsqueda de soluciones para enfrentar la escasez de agua o la descarbonización para mitigar el cambio climático, de la que surgen, por ejemplo, requerimientos u oportunidades productivas como el desarrollo de la industria del hidrógeno verde, que tendrá sin duda expresión en muchas regiones del país.
Se trata de aprovechar las ventajas y la vocación productiva de las regiones para potenciar industrias de alto valor que permitan dinamizar sus economías, generar más y mejores empleos e impulsar nuevas y más diversas actividades que vayan fortaleciendo el tejido productivo, las capacidades de desarrollo y la identidad de cada territorio.
Todo esto lo haremos fortaleciendo el trabajo y las capacidades de los equipos regionales de Corfo, los vínculos con la academia y el sector privado, y, por supuesto, el diálogo con la sociedad civil organizada y la coordinación con los gobiernos regionales.
Estos son los pilares que darán sello a esta administración, buscando mejorar siempre la calidad de vida de los ciudadanos, porque cuando hablamos de desarrollo estamos pensando en las personas. Queremos ayudar a que este desarrollo llegue a todo el país y en ello enfocaremos todas las capacidades de una institución como la Corfo, que en más de 80 años de historia ha forjado una tradición de excelencia y compromiso con el desarrollo productivo del país.