Por Macarena Montero, Directora Regional Fundación Urbanismo Social.
Un 4,7% aumentó la pobreza en la región, según la última encuesta Casen 2020 en comparación al 2017, es decir, casi 65 mil personas viven en esta condición y más de 25 mil en extrema pobreza. Cifras preocupantes y que, a su vez, se contraponen con los resultados del desempeño económico. Somos la región con el segundo PIB más alto del país y que genera una significativa cantidad de empleos, pero lamentablemente el 20% de los trabajadores no son de la zona, por lo tanto, los recursos se van y no se invierte en la región.
La región de Antofagasta es extractiva porque aporta insumos al país, pero no se le devuelve la inversión o la realización de proyectos públicos que vayan en beneficio de todos y todas.
Sin duda, existe una desigualdad profunda y dolorosa que debilita la cohesión social y las nuevas cifras son desalentadoras y hasta ahora, las políticas públicas parecen no responder a las necesidades de las personas.
El desarrollo de proyectos urbanos debe tener como fin contribuir a la construcción de una ciudad y para ello, se necesita la participación de todos y todas. La participación no es preguntar a la comunidad si les gusta o no un diseño de algún proyecto (vivienda, parque u otro), sino que se hagan parte de este, que estén informados, que sientan propio una iniciativa que mejore su calidad de vida.
Proyectos como el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Antofagasta, impulsado por el GORE y GIZ, hemos liderado el proceso de participación colectiva, que ha convocado a dirigentes de organizaciones sociales de base, empresas privadas, gremios, representantes de la academia y de organismos públicos, quienes proponen medidas que debe contener el plan y se acuerdan prioridades para la ciudad. Mesas sociales de este tipo deberían multiplicarse no sólo en la región, sino que en el país. Aún más cuando las personas demandan ser escuchados.
Nos ponemos a disposición de la comunidad, de las empresas y las nuevas autoridades para trabajar de manera distinta, para lograr soluciones reales a las problemáticas sociales y así construiremos una ciudad más justa.