Por Verónica Fincheira, gerenta Consejo Competencias Mineras (CCM) y Vladimir Glasinovic, director Programa Eleva (alianza CCM-Eleva)
Distintos antecedentes nos llevan a creer que el fenómeno conocido como “el techo de cristal” de las mujeres en la minería comienza poco a poco a resquebrajarse. La participación laboral de ellas en la industria lleva 10 años de crecimiento ininterrumpido, duplicándose desde un 7,1% el año 2012 a un 14,3% el año 2021.
En 2021, una de cada tres personas contratadas en las empresas mineras fue mujer, en comparación a una de cada cuatro en 2020. Asimismo, el año recién pasado, la contratación total de la industria fue de 26,8%, marcando un incremento de 5,7%.
Este crecimiento no se observa solo en los puestos de entrada de la organización, sino que también a nivel de jefaturas, donde su participación se duplicó de 7,4% en 2018 a 15,7% en 2020. Ya nadie se puede extrañar de mujeres en posiciones de liderazgo en la minería, cuando en pocos días asumirá la tercera Ministra de esta cartera en la historia de Chile.
Si bien estas son cifras alentadoras, se encuentran lejos del ideal de ser una industria paritaria. Entonces, ¿Qué obstaculiza el obtener mayores niveles de participación de la mujer en la minería?
Nuestro continuo monitoreo del mercado laboral y formativo, nos lleva a pensar que la principal explicación dejó de ser el “techo de cristal”, pasando al desafío de contar con una industria más paritaria, donde se encuentren suficientes mujeres egresando de especialidades mineras.
Si bien las mujeres constituyen cerca de la mitad de la matrícula, tanto en la educación superior como en los niveles escolares, su distribución en las distintas ramas de estudio es bastante desigual.
En la educación media técnico profesional (EMTP), las mujeres tienen alta presencia en las especialidades de comercio y administración (63%), alimentación (67%) y educación (92%), pero muy baja participación en las especialidades de metalmecánica (8%), electricidad (12%) y tecnología (24%), donde está concentrada la demanda.
En las regiones mineras del norte, la participación de las mujeres en especialidades vinculadas a la minería es de solo un 22%. En la educación superior, este fenómeno se replica al observar la proporción de mujeres en carreras STEM (sigla en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática), lleva 10 años estancadas en alrededor del 20%. Sin más mujeres estudiando y egresando de carreras vinculadas a la minería, todos los esfuerzos realizados no serán suficientes para cumplir con el desafío de lograr una industria más inclusiva.
En este día internacional de conmemoración a la mujer, queremos visibilizar los avances observados en la minería, al mismo tiempo que enfatizamos los riesgos de no atender las desigualdades en las etapas formativas.
El horizonte de una industria con una participación paritaria resultará inalcanzable mientras solo un 20% que egresa de carreras afines, sea mujer. Nuestro llamado es a impulsar un esfuerzo colectivo a nivel sectorial junto al sector formativo, con el propósito de atraer a las estudiantes de hoy, que serán el talento del mañana.