Superman, el Hombre del Mañana: El origen
Por Antonio Muñoz Mayne-Nicholls
Quizás en otro espacio no podría decir esto. Acepto mi fanatismo y poca objetividad. Quiero e idolatro a Superman desde que tengo memoria. Si me preguntan cuál es mi súper héroe favorito, no lo dudo un instante. Aunque sea un icono del sistema americano y de la cultura POP, no me avergüenza decir que es SUPERMAN el número uno en mi lista.
Alguna vez mi padre me llevó a la Clínica Antofagasta a ponerme alguna vacuna o de urgencias por algún cuadro bronquial (sufría muchos cuando pequeño), y recuerdo claramente como después de aquel traumático evento, me alivio el malestar comprándome una historieta de Superman.
En la revista en sí, aparecía el hombre de acero volando y derribando, con solo su poder y súperfuerza, la estructura de un edificio en demolición. En aquella imagen, el último hijo de Kriptón era capaz de volar tan rápido que solo se veía un borrón rojo salir y entrar del edificio hasta que este se destruía. Era de esas revistas de porte pequeño que después supe publicó la Editorial Mexicana Novaro y que llegaba de manera interrumpida a nuestro país.
Mi afición por los comics probablemente partió ahí, pero sin duda se alimentó por un icono que de tanto en tanto podíamos ver en pósters, imágenes de tv, álbumes y revistas. Superman The Movie que se estrenó en 1978 marco a una generación, ensalzó a Cristopher Reeve como la imagen real de Superman y nos hizo soñar a todos con que un hombre podía volar.
Dirigida por Richar Donner y escrita por Mario Puzo (el de El Padrino) es catalogada hoy como un clásico junto con Superman II pues fueron concebidas juntas y entra ambas, marcan un primer arco argumental para el personaje en el cine que yo diría, se impregnó en la sociedad de tal manera, que todo el resto de las obras están marcadas por su influencia.
Luego vinieron las películas que siguieron (algunas de regular calidad), las series animadas como los Superpowers, las figuras de acción compradas en la feria. El símbolo de la «S» nunca dejó de estar presente en nuestra sociedad y aunque después se le quiso dar el significado de la esperanza, puede que signifique tantas cosas como personas hay en el mundo.
La «S» de súper fuerza, la «S» de súper velocidad, la «S» de súper visión….. la «S» de súper poder. Superman es el primer súper héroe conocido. Marcó un hito con su aparición allá por el año 1937 en las páginas de una revista de cómics llamada Action Comics y fue todo un suceso luego de lo cual surge el género de los superhéroes que nos da hasta hoy tanto material, algunas veces de dudosa calidad pero que mantiene su vigencia.
Son de esas cosas que se quedan instaladas en la psiquis de las personas. Símbolos culturales que se instauran tan a fuego que es difícil de borrar o enlodar. Por más que se ha intentado por muchos cineastas y editores poco visionarios, la figura de Superman sigue representando lo que probablemente fue para un niño ese día saliendo del doctor. Una visión de lo increíble y del sueño de todo ser humano de poder hacer cosas más allá de los límites.
En los cómics, durante los últimos 35 años, hicieron de todo con el personaje, lo reinventaron (The man of Steel 1986); lo exiliaron (la saga del exilio 1989), lo convirtieron en hijo de Rusia (Redson 2003), lo han matado (The Death of Superman 1992 – 93); lo resucitaron (The reign of supermen 1993); lo volvieron a sus orígenes (Superman Legado 2008); lo volvieron a reinventar (Superman Rebirth 2017); le cambiaron sus poderes, no una sino que muchas veces; lo convirtieron en dictador (Injustice, 2021).
En fin, hicieron lo que quisieron para renovar lectores y convertirlo en alguien más cercano o bien más atractivo para las nuevas generaciones. En el cine, el proyecto de Zack Snider (Man of Steel, Batman v/s Superman y Justice League del 2013 al 2017) quiso hacerlo más serio, pero terminó fallando y dándonos un Superman que trataba de encajar en algo que no cuadraba pues el Hombre de Acero no representa la oscuridad, para eso Batman es suficiente.
Entonces, ¿Por qué insistir tanto en reformular? Quizás por la tendencia de que ese tipo de personajes planos, que actúan siempre igual, predecibles y sobre todo, sin lados oscuros o matices, se convirtieron en una «fomedad». La gente quería otra cosa y como el mercado es dúctil a sus consumidores, le dieron un Superman que suponían querían.
Podríamos incluso hacer un análisis de qué tipo de Superman ha sido leído o visto y el cruce con los tiempos en que vivimos. Puede que saldría un estudio sociológico interesante. Por eso y por qué insisto, no puedo ser objetivo con este personaje en cuestión.
Fui con mi familia a ver la nueva película y aquí les dejo mi reseña.
La nueva película de Superman (2025)
El jueves 10 se estrenó en todas las grandes cadenas de cine la nueva película de Superman, dirigida por James Gunn, como introducción al nuevo Universo cinematográfico de DC estudios y que significa un nuevo comienzo para el hijo de Kriptón.
La película, con un costo de producción de 225 millones de dólares, no comienza por el principio de la historia. Se nos presenta a un Superman que ya lleva algunos años luchando por la justicia en el planeta tierra y que es parte de los llamados metahumanos, u hombres y mujeres con poderes que habitan su mismo universo. Podríamos decir entonces que no es una película de orígenes.
A diferencia de sus predecesoras, la película no plantea como Clark Kent llego a ser Superman si no que va desarrollando su trama en los conflictos que vive el súper héroe en la era actual. Actualiza el mito y lo hace más cercano, ya que el grandulón azul debe convivir con los conflictos internacionales, la social media y las fake news.
La película atraviesa distintas temáticas muy vigentes. No solo el híper exposición de las redes sociales, también los conflictos militares, la paz mundial, los intereses de las transnacionales, etc. Sin profundizar mucho, ya que sigue siendo una película de súper héroes, el film esboza una crítica hacia el mundo actual donde la ética y el honor se ponen en juego todos los días, y los grandes poderes no dudan en instalar mentiras para hacer prevalecer su dominio sobre la sociedad.
Lex Luthor, interpretado por un genial Nicolas Hoult, es quien representa ese poder y la falta de ética y moral que siempre han acompañado la figura del magnate. Quizás no cuenta con la genialidad de Gene Hackman o de Kevin Spacy, pero está completamente a la altura del personaje.
También lo están David Corenswet como Superman y Rachel Brosnahan, la actriz que interpreta a Lois Lane, que aparte de su belleza nos entrega un personaje fuerte y decidido como la conocemos en los comics. Ambos nos dejan un par de escenas entrañables que sacan más de un suspiro.
Lo que más destacó de la película es su intento por devolvernos un personaje clásico sin reinventarlo. Superman tiene elementos que pueden no ser tan atractivos como otros superhéroes y que dan cuenta de un clásico súper héroe. ¿Pero cómo no? Si es el primero. Es como pedir peras al olmo. Y al parecer eso es lo que sabe leer James Gunn y nos trae devuelta la magia de verlo volar y hacer cosas increíbles. Inclusive de tener un perro con superpoderes sin dar muchas explicaciones de donde lo consiguió. Todo esto, sin dejar de plantear una visión bastante actual de nuestra sociedad.
Superman se actualiza sin perder su esencia e incluso, si leemos entre líneas, la película plantea una gran crítica al mundo actual, a los poderes económicos y los gobiernos conservadores. Superman /Clark Kent / Kal El es un alíen, un migrante, que es rechazado solo por ser diferente y sobre este tema, que está bien desarrollado en la película, podríamos decir que es al menos incómodo para el actual gobierno de Trump.
Entonces, la podemos entender como más que una película de súper héroes, es una crítica instalada al propio sistema americano actual, desde el propio corazón de EEUU y con uno de sus personajes más icónicos. Notable.
Quizás, y como el factor del marketing es importante en estos casos, la figura de Superman que hoy vemos es la que se necesita para estos tiempos tan convulsos, con injusticias y crímenes masivos a diario, que atentan con la consciencia colectiva de qué es lo correcto y lo que no. James Gunn sabe leer bien eso, las grandes compañías como Warner probablemente también.
Es el Superman que necesitamos hoy, el mismo de hace 85 años, para volver a creer en que un ser venido de las estrellas, puede ser tan o más humano que nosotros y lograr que volvamos a creer en que se puede lograr lo imposible.
Epílogo
Por último, una anécdota: al terminar la película, saliendo del cine de la mano con mi hija de 8 años, igual que salí yo de la mano de mi padre de una clínica hace 40 años, y aguantándome las ganas de preguntarle qué le pareció, pienso que es inevitable repetir los rituales de padres a hijos.
De traspasarle nuestros gustos e inspiraciones. Y de tratar de no ser tan influyentes en sus propias decisiones como, por ejemplo: ¿Cuál es tu súper héroe favorito? Por eso mejor me quedo callado para no presionarla. Pero al fin veo que es ella quien me busca la mirada para darme su parecer y dice: “Ahora entiendo papá, ahora entiendo por qué tu
obsesión con Superman”.No puedo si no asentir.