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Apatía en la Sociedad Chilena: Desafíos y Caminos hacia la Participación Activa

Por Nicolás Ignacio Salinas Sepúlveda, Gerente de Desarrollo en Dos Barbas

En la actualidad, Chile enfrenta una situación compleja que trasciende a los titulares de prensa y penetra en el tejido social: La apatía generalizada hacia la contingencia política.

Esta, se alimenta de elementos tóxicos como desconfianza, corrupción e inseguridad que a su vez, se alimenta de falta de participación ciudadana activa y comprometida.

Esta desafección con la política y sus actores, así como la consecuente disminución de la tolerancia y empatía entre las personas, plantea desafíos ineludibles para nuestra sociedad; ¿Cómo llegamos a este punto?, ¿Y cómo podemos revertir esta tendencia y construir un Chile más comprometido y participativo?

La apatía política no es un fenómeno exclusivo de Chile, pero su manifestación es notable. La desconfianza en las instituciones políticas y sus representantes se ha vuelto una característica inherente a la percepción ciudadana.

La corrupción, lamentablemente, es un denominador común en la esfera pública, erosionando la fe en la integridad de aquellos que deben servir al bien común. La percepción y sensación de inseguridad, tanto en términos económicos como en el ámbito de la seguridad ciudadana, también ha contribuido a la desesperación generalizada.

La apatía política es el resultado de un círculo vicioso: Los ciudadanos desconfían y se distancian de ella, lo que a su vez empodera a actores corruptos y fomenta la toma de decisiones que no reflejan el interés común. Esta desvinculación, a su vez, debilita el tejido social y reduce la tolerancia entre los distintos grupos de la sociedad.

Para contrarrestar esta apatía y construir una sociedad más participativa y tolerante, es imperativo tomar acciones concretas:

  • Educación Cívica Integral: El sistema educativo debe priorizar la formación de ciudadanos informados y comprometidos desde edades tempranas. Por ello, debe abordar la historia política, los sistemas democráticos y, los derechos y deberes fundamentales de los ciudadanos, fomentando la comprensión de la importancia de la participación activa.
  • Transparencia y Rendición de Cuentas: Las instituciones deben demostrar una voluntad genuina ante esta obligación. La corrupción debe ser combatida con mano firme y sanciones ejemplares para recuperar la confianza ciudadada en estas organizaciones.
  • Participación Ciudadana Efectiva: Las instancias deben propiciar las opiniones y propuestas de las personas para que tengan un impacto real en la toma de decisiones. Debe ser más que un trámite, convirtiéndola en una herramienta para moldear las políticas públicas.
  • Medios de Comunicación Responsables: El rol que juegan es crucial en la formación de opinión pública y se deben hacer cargo de ello.Deben actuar con responsabilidad, promoviendo el análisis crítico y la presentación equilibrada de información, evitando sensacionalismos y polarización.
  • Liderazgo Inspirador: Los líderes políticos deben ser ejemplos de integridad, ética y compromiso. Su accionar debe demostrar un sincero interés por el bienestar de la sociedad y la construcción de un futuro mejor.

La apatía política no es un destino inevitable, es un llamado de atención, una oportunidad para reevaluar nuestro compromiso cívico y reconstruir una sociedad basada en la confianza, la solidaridad y la participación activa.

Si logramos abordar los problemas subyacentes que generan esta apatía y trabajamos juntos para fomentar una cultura política más saludable, podremos superar estos desafíos y construir un Chile más unido, justo y progresista. La apatía puede ser vencida por la empatía y la acción colectiva.

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