Por Nicolás Salinas Sepúlveda Gerente de Operaciones Dos Barbas · Consultora
Con un crecimiento acelerado en la última década, la ciudad de Antofagasta ha enfrentado diversas brechas en su desarrollo, como lo señaló la OCDE en su estudio del año 2012. Sin embargo, en lugar de ver estas brechas como un obstáculo, deberíamos considerarlas como una oportunidad para el desarrollo del emprendimiento, la innovación y el medio ambiente en la ciudad.
En primer lugar, el emprendimiento es clave para el crecimiento económico de la ciudad. A pesar de que Antofagasta es una ciudad rica en recursos naturales, el emprendimiento puede ser la clave para diversificar su economía. Para fomentar el emprendimiento, es necesario crear un ecosistema empresarial más fuerte, con espacios de co-working, incubadoras de empresas y un acceso más fácil al financiamiento. Asimismo, se deben incentivar políticas públicas que fomenten la inversión y la creación de empresas locales que desarrollen y potencien la empleabilidad local.
En segundo lugar, la innovación es crucial para el desarrollo de una ciudad moderna. Antofagasta tiene la oportunidad de liderar el camino en la implementación de tecnologías limpias y sostenibles en su sector industrial, que permitan reducir la huella de carbono y promover un desarrollo sustentable. Además, el desarrollo de tecnología puede generar nuevos empleos y atraer inversión extranjera.
Por último, la protección del medio ambiente debe ser una prioridad en el desarrollo de la ciudad. La contaminación del aire y el agua son problemas urgentes en Antofagasta, y se necesitan políticas públicas fuertes para abordarlos. La ciudad puede liderar el camino en la implementación de prácticas ambientales sostenibles, desde la gestión de residuos hasta la promoción de la energía renovable.